El empleo en el Perú sigue empeorando. Luego de las políticas de flexibilización laboral de los años noventa, las cuales fueron coronadas con un cambio de constitución, siguió una etapa de precarización laboral nunca antes vista, donde la informalidad ocupaba a más 70% de trabajadores del país, esto con condiciones nefastas como el saber que un 1 de cada 3 trabajadores labora más de 60 horas semanales. 

La calidad del empleo está relacionada con los ciclos económicos, es decir que en cuanto se presente un menor crecimiento en la economía, se espera que las condiciones laborales se deterioren, pero que en cuanto la situación mejore, las condiciones laborales también deberían hacerlo.

Durante los años noventa, luego de la terrible situación del país, se dictaron una serie de normas que flexibilizaban el empleo y dificultaban la actividad de los sindicatos, reduciendo el bienestar de los trabajadores. Luego de esto, ya en la nueva década, la realidad fue diferente, siendo que el Perú era el milagro económico, con tasas de crecimiento que bordeaban el 8% anual, la mejora económica no logro hacerse sentir en los trabajadores. Los salarios se estancaron desde hace 20 años, la participación de lo recibido por los trabajadores se ha reducido año tras año y por último se les niega algo tan básico como el acceso a un contrato

Asimismo la calidad del empleo está relacionada al tipo de empleo que se genere, el cual lamentablemente ha sido del tipo primario exportador, siendo que los empleos generados han sido empleos de baja productividad y a menor producción es lógico esperar menor salario.

Antecedentes

El antecedente de la reducción de derechos es la Ley Mype, que reducía a la mitad los beneficios laborales como las vacaciones, las gratificaciones y la CTS siendo el límite máximo para ser considerada pequeña empresa la cantidad de 850 UIT como ventas anuales (850 UIT=3’230 000), lo cual fue cambiado en el año 2008 hasta un máximo de ventas de 1700 UIT (6’460 000), es decir quienes venden menos de 6 millones al año, pueden otorgar solo la mitad de beneficios a sus trabajadores.

Esta ley fue un fracaso y la prueba está en que la informalidad se redujo de 70% a 63%, lo cual puede ser atribuible también al crecimiento económico del periodo 2003-2010. Esta ley pareció ser promulgada más bien para que entren en el régimen empresas que simplemente querían reducir los beneficios de sus trabajadores.

El sustento

El costo de la capacitación: ciertamente capacitar a un joven resultaría muy costoso, siempre y cuando los puestos de trabajo requieran una alta calificación.

Sobre costo laboral: los costos fuera del salario (CTS, vacaciones, seguro, etc.) son costos no salariales, mal llamados sobre costos. A pesar de ser en realidad un porcentaje elevado a comparación del resto de países de la región, esto compensa en parte los bajos salarios percibidos en el país, siendo así que el costo total por trabajador esta a la par que en los países vecinos, por lo que no viene al caso decir que “somos trabajadores muy caros”

CTS: la falta de un seguro de desempleo hace que las personas tengan que emplearse en lo primero que puedan conseguir, volviéndolos más vulnerables a la entrada en el sector informal. A esto se le agrega el costoso trámite necesario, lo que requiere mínimo S/.80 para certificados judiciales, policiales, y otros registros necesarios a la hora de ser admitido en un puesto. Si a esto le sumamos que la rotación de empleos en el Perú es la más alta, las personas pueden ver finalizado su periodo de empleo sin un sustento que les garantice una optima búsqueda de un nuevo puesto laboral.

Asignación familiar: en un país donde la tasa de embarazo adolescente llega incluso al 25% en algunas regiones, dejar de otorgar una asignación familiar empeora las condiciones de pobreza

En conclusión, la reducción de derechos laborales solo ha permitido ahondar en la desigualdad entre lo percibido por los asalariados y lo obtenido por los empresarios, esto debido al estancamiento de los salarios reales. Por el lado de los contratos, el porcentaje de trabajadores sin contrato ha aumentado a niveles enormes como del 64%, es decir que estas personas no pueden siquiera pensar en tener derechos porque no tiene ni contrato, a pesar que este fue el principal argumento de las leyes de flexibilización. A esto hay que agregarle que el tipo de crecimiento del Perú ha incentivado un crecimiento del sector servicio de baja productividad y poco salario.